Por su parte, el partido Montearroyo se abstuvo alegando que se trata de una subida salvaje de los impuestos municipales: “Estamos hablado de subidas de un 30 por ciento en las basuras, un 15 por ciento en el impuesto de vehículos, otro 15 por ciento en otros tantos, un cinco por ciento del IBI, mínimo, durante los próximos años, teniendo en cuenta que la subida del IPC ya no va a ser del dos o el tres. Es decir, estamos hablando de cinco o seis puntos por encima del que va a ganar un vecino en su trabajo y, eso, sí trabaja”, dijo el portavoz de Montearroyo, Jorge Badiola.
Al mismo tiempo, el equipo municipal del PP procedió a una subida desmedida de los sueldos del ejecutivo en lugar de seguir el ejemplo de la presidenta de la Comunidad de Madrid de aplicar una rebaja del 2 por ciento de los mismos.
Asimismo, Montearroyo critica que el Gobierno escurialense no haya apostado por una rigurosa bajada del gasto público, aunque fuera a costa de reducir servicios que no son imprescindibles para los vecinos en estos tiempos de crisis. Badiola argumenta que “los 80.000 euros de inversión para las clases de Pilates” son tans prescindibles como otros servicios que en su opinión se pueden posponer hasta que la situación económica mejore.
Montearroyo considera que esta operación es pan para hoy y hambre para mañana, porque “se podían haber subido los impuestos de forma paulatina en función de cómo evolucionase esta situación de crisis general y, por el contrario, no sólo se han subido una salvajada, sino que no hay un compromiso público de bajarlos una vez se salde el pago de esta operación, dentro de seis años" , y añade que a su juicio no estará gobernando el mismo Ejecutivo, “dejando así vendido a quien les haga el relevo”.
Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía aboga por una política de cercanía a las necesidades de los ciudadanos, lo que implica también no aumentar la presión fiscal, adaptar los servicios municipales a las necesidades reales del municipio y de sus habitantes y ejercer el gobierno municipal con austeridad, ya que en medio de una crisis económica lo que no parece oportuno es que encima los ciudadanos tengan que hacer más esfuerzos económicos a causa de una mala gestión de la cosa pública. La participación ciudadana no se puede limitar, como parecen pretender los grandes partidos, a participar solamente en sufragar los gastos desmesurados de la administración.