jueves, 14 de mayo de 2009

Miguel Durán entrevistado por El Plural


Miguel Duran: 'No me considero un ultraderechista, soy un socialdemócrata moderado'

La periodista Esther Jaen de El Plural entrevista a fondo al candidato de Libertas-Ciudadanos de España, Miguel Duran.





-¿No es una contradicción aspirar a sentarse en el Parlamento Europeo cuando el líder de su movimiento es un euroescéptico?
No. Esa es la etiqueta que se ha puesto a Declan Ganley y a Libertas, pero lo que yo he firmado con él es lo contrario al euroescepticismo. Es una apuesta por una Europa que sea efectiva: los Estados Unidos de Europa. Declan Ganley neutralizó el Tratado de Lisboa igual que yo no participé en la mascarada del referéndum sobre la Constitución Europea, que se ganó con una participación del 35% de los españoles. Y esa Constitución me sigue pareciendo un bodrio. Creo en una Europa con mucha transparencia, mucha información y el Parlamento legislando. Porque lo cierto es que no tiene poder legislativo real. Quiero una Europa con la mínima burocracia y que se cumplan los 10 puntos que yo he firmado con Libertas y que dicen, entre otras cosas, que el Presidente Europeo se elija por sufragio universal. Pero a Ganley se le han puesto muchas etiquetas, porque a los que quieren seguir mandando en una Europa como la actual no les interesa que haya gente como nosotros.

- ¿Entonces el Sr. Ganley no es ultraderechista ni ultracatólico, además de “mega-rico”, que son las cosas que se dicen de él?
No sé si es mega-rico o no, pero seguro que tiene bastante más dinero que yo. Y en lo que a mí me consta Ganley no es ni ultraderechista ni ultracatólico. Yo le conocí el 26 de marzo y lo que vi fue una persona muy convencida de sus postulados, pero no me comentó nada de sus creencias religiosas. Yo, en cambio, sí le comenté las mías (soy creyente aunque no practicante) y también le he explicado que, a mis 53 años, soy de centro: un socialdemócrata moderado, que fue muy de izquierdas en su juventud, aunque el tiempo me atemperó como a tantos otros. No me considero un ultraderechista; no soy de derechas ni ultraliberal.

-¿No chirría en todo caso que Ciudadanos, un partido que se define como “laico y de izquierdas” se meta en una candidatura con socios como “Movimiento por Francia”, con postulados ultraderechistas similares a los de Le Pen, o con la Liga de las Familias, de Polonia, que es una formación ultracatólica?
Yo no conozco mucho el panorama de los partidos que integran esta concurrencia electoral, porque llevo sólo un mes en esto. Pero hay que contextualizar algunas cosas. En Polonia, ya no existe ni el Partido Socialista, porque vienen del comunismo y la opresión del Estado Soviético. En cuanto a los franceses, no les conozco, pero me han asegurado que suscriben los mismos puntos que he suscrito yo. Y debo añadir que, junto a estos, también hay ecosocialistas portugueses, socialdemócratas suecos y gente moderada de Alemania…

- Eso parece el “Babel” de la política…
Visto así, claro…pero es que estamos muy acostumbrados al monolitismo de los partidos y a eso de que “el que se mueve no sale en la foto”. Yo no estoy afiliado a ningún partido.

-Pero sí ha estado afiliado a UDC, partido nacionalista catalán…
Pero hace mucho tiempo ya que me di de baja. En todo caso, en Libertas hay mucha mezcla porque representamos la transversalidad y estamos huyendo de los planteamientos del establishment. Mire, el 80% del ordenamiento español está directamente influido por las directivas comunitarias. Y esas directivas las elaboran los funcionarios que hacen equilibrios entre los intereses de los Estados. No se informa a los ciudadanos para que se produzca el debate previo a aquellas modificaciones que afectarán al agricultor, al transportista, al discapacitado o a las PYMES. Normalmente, todos se enteran cuando ya está aplicado. Y el Parlamento Europeo tiene un papel muy residual en todo ese proceso. Yo quiero promover esa información y evitar que se dé a los ciudadanos el guiso cocinado.

-Entonces ¿ir al Parlamento Europeo a intentar cambiar Europa a sabiendas de que su capacidad decisoria es residual no es una contradicción?
Sí. Parece una contradicción, pero no puedo plantearme cómo hacerlo de otra manera. Si hace un mes y medio me hubiesen preguntado si quería presentarme hubiera respondido que no, porque no tenía especial interés en estar en política. Pero lo que me propuso Libertas me gustó y me lancé, aunque sé que estamos pisando muchos callos. Prueba de ello es cómo nos han recibido a cañonazos…

-¿A quién se refiere?
A algunos medios de comunicación y a ciertos partidos políticos no les gusta nada…

-¿Qué medios y qué partidos?
Los medios de comunicación tienen todo el derecho a decir lo que opinan, pero ha habido gente que ha hablado de mí sin preguntarme antes y eso ya no lo considero tan lícito. Yo sé que algún precio me harán pagar por haberme metido en esto. Soy una persona que no pasa desapercibida y eso provoca determinadas inquietudes. Pero también me hace ilusión convertirme en un eurodiputado un poco especial, porque no es fácil que un eurodiputado con una discapacidad como la mía llegue a estar ahí. Y ocurrirá, como ocurrió en la ONCE cuando hicimos cosas inusitadas, que provocaremos sorpresas, afectos y rechazos.

- Ya que no se moja y pone nombres sobre la mesa, le pregunto abiertamente ¿se refiere usted a Federico Jiménez Losantos, que le ha dado duro desde medios propios y ajenos?
Sí. El otro día me hizo una entrevista y tuve que matizar muchas cosas que él había dicho de mí sin consultarme. Afortunadamente, otros medios no son así.

-De esos callos que cree que va a pisar ¿Cree que pisará más al PSOE o al PP?
Preferiría no pisar callos a nadie. La verdad es que me gustaría obtener los votos de los que hasta ahora se han abstenido…

-Pues teniendo en cuenta que hay encuestas que prevén solamente un 36% de participación el próximo 7-J, tiene usted un espectro muy amplio al que dirigirse…
Creo que el principal que tenemos todos los que nos presentamos es conseguir que eso cambie radicalmente…

-¿Cómo piensa usted conseguirlo?
Lanzando un mensaje de cambio y apostando por esa Europa que le he descrito. Me gustaría pescar en el enorme caladero de la abstención y creo que los principales partidos no están interesados en ello. PSOE y PP van a hacer unas elecciones europeas hablando de España y eso es una forma sesgada de plantearlas. No me gusta la expresión “robar votos”, pero creo que es posible captarlos de entre los descontentos del PSOE, del PP y me dicen que de UP y D.

-¿Cómo captará los del PSOE, por ejemplo?
Es difícil responder a eso…Hay votantes descontentos del PSOE y es posible que si López Aguilar no reconduce ese descontento, alguien busque en nosotros una alternativa.

-¿Y los del PP?
Creo que los descontentos del PP, si buscan una regeneración real de la política, pueden votarnos. Yo tengo simpatía personal por Mayor Oreja y creo que fue al Parlamento Europeo porque lo quemaron aquí. También creo que López Aguilar hubiera sido mejor ministro de Justicia si le hubieran dicho que promoviera leyes más efectivas, en lugar de invertir el tiempo en leyes polémicas.

-¿Y con respecto a los votos que puede captar del partido de Rosa Díez?
Ha tenido mucho mérito al desgajarse del partido que gobierna, pero yo no conozco ninguno de sus planteamientos europeos. Cuando los conozca, daré mi opinión.

-¿Le critican a usted por miedo a que le quite votos al partido de Rosa Díez?
Es innegable que tanto Federico Jiménez Losantos como el periódico “El Mundo” han apostado muy fuerte por apoyar en sus medios a Rosa Díez. Yo no la conozco y ya he dicho que me parece valiente la actitud que tuvo en su día. Pero si fuera cierto que nos atacan porque temen que le quitemos votos a UPyD se están equivocando, porque nosotros aspiramos a captar votos de la abstención.

-¿Se siente fruto de un descarte, después de que Luis Herrero hiciera público que antes de proponerle a usted encabezar la candidatura de Libertas se lo habían propuesto a él?
Yo le pregunté por Luis Herrero a Declan Ganley y me contestó en inglés: “¿quién es ese señor?”. Ganley, por tanto, no conocía a Luis Herrero. Pero, aun en el caso de que yo fuese un descarte, creo que hay que ser humilde y no ofenderse ni sentirse plato de segunda mesa. Lo importante es que he asumido un reto personal y espero que, si acabo siendo eurodiputado, mi bastón me guíe por el buen camino.

-Le acusan de haberse cargado “Ciudadanos”, porque su candidatura ha dividido a partidarios y detractores y porque 2 de los 3 diputados catalanes de Ciudadanos han anunciado que abandonan el partido el uno y que lo está pensando el otro ¿Es usted, como dicen, el principio del fin de “Ciudadanos”?
Mire, yo no conozco a Antonio Robles, el diputado que ha dicho que se va, pero me hubiera gustado que hubiese hablado conmigo antes de emitir esos juicios. Tampoco conozco al otro diputado, pero, según mis informaciones, no está por la labor de abandonar el partido ni su acta de diputado. Creo que eso de que “Ciudadanos se rompe” es una estrategia contra Albert Rivera, pero me inclino a pensar que, si obtenemos un buen resultado en las europeas, Ciudadanos puede trascender del ámbito catalán al que se ha circunscrito hasta ahora. Yo mismo les hubiese votado en las elecciones catalanas si no me hubiera despistado el hecho de que los que fueron promotores de ese partido no se pusieran a la cabeza de la manifestación, en las listas. Por eso yo no voté a Ciudadanos, pero la verdad es que sus planteamientos me convencen. Y no tienen nada que ver con las etiquetas de ultraderechistas y anticatalanes que se les pretenden colgar.

-Anticatalanes, no… Pero en su acción parlamentaria y en su discurso sí hay mucho antinacionalismo. ¿Cómo ha acabado usted, que fue militante de un partido nacionalista, encabezando la lista de un partido que predica todo lo contrario?
Nunca he sido nacionalista en sentido estricto, ni siquiera nacionalista español. Me considero ciudadano del mundo. Mis raíces son extremeñas y también defiendo mi catalanidad y me hice bilingüe por convicción, no por imposición en un momento en que eso no estaba de moda, en las postrimerías del franquismo, cuando a los que hablábamos catalán nos decían “¡habla en cristiano!”. Me molesta tanto esa gente como la que quiere que en Cataluña se hable solamente en catalán. Y no quiero que se haga un conflicto de la lengua. Yo me hice militante de UDC no tanto por mis convicciones, sino por mi amistad con Duran i Lleida. Y creí que mi entrada en el partido podría contribuir a la moderación, pero me encontré con que sus Juventudes pidieron mi expulsión. Después, cuando me imputaron en el caso Telecinco, mi relación con UDC se fue enfriando y como ese caso duró mucho tiempo, mi relación con el partido entró en una situación de congelación de larga duración.

-¿Es cierto que sus compañeros de viaje en esta aventura son el señor José Luis Balbás (a quien estoy viendo a través de los cristales de esta sede electoral de Libertas) y los señores Tamayo y Sáez, célebres por el “Tamayazo”?
El señor Balbás no es militante de ninguno de los partidos que están en la coalición. Hasta donde yo sé está litigando contra su expulsión del PSOE. Yo soy su amigo, gracias a las tertulias de Intereconomía, y le he pedido algún consejo de este tema que él domina, de campaña y elecciones, ya que es buen amigo de sus amigos. Y algunas de sus reflexiones me han sido útiles, debo confesarlo. Con respecto a Tamayo y Sáez, ya le he dicho a Federico Jiménez Losantos que está mal informado, que estos señores fundaron un partido llamado “Nueva Izquierda” y no tienen nada que ver con el Partido Socialdemócrata.

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